
Rápido y furioso; Llaryora, el “concejal” récord
Con el objetivo de informar sobre el funcionamiento del Concejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba, el Concejal de Encuentro Vecinal Córdoba Juan Pablo Quinteros realizó un estudio pormenorizado de la tarea legislativa del mismo desde diciembre 2019 a la fecha, cuyos resultados de detallan a continuación:
Proyectos presentados
Desde diciembre de 2019 a la fecha se presentaron en total 610 proyectos de Ordenanzas distribuidos como muestra el gráfico.
42% – Oposición
27% – Ejecutivo Municipal
27% – Oficialismo
4% – Compatibilizados (presentados en forma conjunta Oficialismo y Oposición)
Proyectos aprobados
Del total de proyectos presentados por los distintos actores. , fueron aprobados:
97% – Ejecutivo Municipal
58% – Compatibilizados
59% – Oficialismo
41% – Oposición
El último gráfico nos muestra el tiempo promedio para la aprobación de una ordenanza en función de su origen. Podemos observar que el 97% de los proyectos presentados por el Ejecutivo Municipal fueron aprobados en un tiempo récord de 21 días (algunos de los 5 que a la fecha no salieron se encuentran en tratamiento) mientras la oposición sólo logró un 41% de proyectos aprobados en un tiempo promedio de 431 días (1 año y 2 meses).
Al respecto Quinteros puntualizó: “Bajo el paraguas de la “Emergencia” y gracias a la “mayoría automática” que otorga la “cláusula de gobernabilidad”, el intendente Martín Llaryora le quitó atribuciones inherentes a este Concejo Deliberante derivadas de la Carta Orgánica Municipal, como por ejemplo la de fijar tarifas de los servicios públicos (entre otras), no conforme con esto avasalla al Poder Legislativo Municipal promoviendo, de las 328 ordenanzas oficialistas 161 con su firma y las restantes 167 bajo seudónimo “oficialismo”, convirtiéndose en el concejal más productivo y expedito dejando pintados a sus propios legisladores municipales”.
“Queda claro, una vez más, un marcado desprecio por la actividad del Concejo Deliberante y su constante degradación. No debatir los proyectos de la oposición (y digo “debatir” no “aprobar”) reduce la discusión legislativa a su máxima expresión y desdibuja la importancia de la división de poderes, por lo que resulta absurdo que se digan “republicanos”, lo que a esta altura no es más que una autopercepción”, finalizó Quinteros.