A los compañeros y compañeras de tantos años y tantas luchas:
En el inicio de 2003 decidimos, de la mano de Luis Juez y con su liderazgo, crear un partido político para defender, levantar y sostener las banderas de la honestidad y la transparencia en Córdoba. Así nació el Partido Nuevo, fue la base y el sustento de lo que es hoy el Frente Cívico. Muchas cosas pasaron en el camino, el triunfo apabullante de aquel 5 de octubre de 2003, el fraude electoral del 2 de septiembre de 2007, la elección a Senador Nacional que vio a Luis Juez triunfante en 2009, la derrota, dura por cierto, en 2011 contra José Manuel De la Sota por la gobernación de Córdoba, el acuerdo con Cambiemos en 2015, la Embajada en Ecuador, destino diplomático del líder del espacio, su regreso a fines de 2017 (complicado por demás), y este presente, que por estar transcurriendo no precisa ni la más mínima descripción pero que genera más incertidumbre que certezas y no sólo para un espacio político, sino para la gente que visualizó en nosotros una alternativa real de poner en el gobierno a personas que tomen decisiones pensando en ellos, la gente común.
En todos, absolutamente todos, los momentos de la vida política del «juecismo» puse y ofrecí lo mejor de mi. Fui Secretario Municipal, Vocal del ERSeP y luego, desde 2015 Legislador Provincial.
Cuando llegué a la política, en 2003 lo hice en silencio, y a lo largo de los años la construcción realizada fue en base a acciones y hechos que posicionaron a nuestro espacio como aquél que se paraba firme para ser control, para marcarle la cancha al oficialismo de UPC.
Prometimos y juramos no prestarnos nunca a los contubernios más oscuros de la política. Nos pusimos siempre del lado de los más vulnerables, de los más necesitados, del lado de las causas justas y nos comprometimos a no transar con los poderosos. Así lo hice, con orgullo y convicción, con responsabilidad y con lealtad, jamás menospreciando el trabajo de otro compañero o compañera, jamás enroscado en las mínimas cuestiones del momento y siempre mirando para adelante, pero lo que es más importante, siempre pudiendo mirar de frente y a los ojos a todos, desde el más encumbrado dirigente hasta el más ignoto militante. Así actué y así lo seguiré haciendo. No es momento de reproches, enojos ni pase de facturas. Cada cual sabe lo que hizo y hace y cada uno sabe lo que pudo dar y lo que dio, de lo que fue capaz y de lo que no.
Tengo el íntimo convencimiento de que mi tiempo en este espacio se agotó, que entregué todo con la mayor fuerza, y que no es mucho más lo que pueda aportar en esta construcción. Siento, claramente, que el Frente Cívico no me necesita, que no soy útil para contribuir al crecimiento político del espacio. Es por eso que he tomado la decisión de renunciar a la pertenecia a este partido al que siento haberle dado todo, o al menos todo lo que pude. Puse toda mi voluntad, mi esfuerzo y mi perseverancia por defender aquellos principios y valores que nos juntaron hace ya 16 años para intentar construir un sueño.
Llego hasta acá, y por la consideración que tengo por cada uno de ustedes, decidí escribir esta palabras para que sepan por mi, y no por otros, los motivos de mi decisión. No pido aceptación y mucho menos respaldo, sólo pido lo mismo que creo haber dado durante estos años de militancia conjunta, RESPETO!
Les dejo un afectuoso y cordial saludo.
Juan Pablo Quinteros